lunes, 17 de octubre de 2011

Banif: Informe Diario de Mercado, 14 Octubre 2011

Escepticismo

Banif.-La sesión de ayer estuvo marcada por la digestión del plan de recapitalización bancaria que presentó la Comisión Europea el día anterior. Digestión en forma de penalización al sector financiero en bolsa, debido a la falta de concreción de detalles del plan, la oposición que ha encontrado desde distintos frentes (Alemania, Francia y España) y un BCE que se distancia de la idea de profundizar en la participación del sector privado en la problemática griega. Y es que el mercado no acaba de ver factible el diseño en cuanto al proceso de recapitalización que establece la Comisión Europea, sobre todo el hecho de que sea el sector privado la primera estación de paso para reforzar capital en un momento en el que la capacidad del sector bancario para atraer fondos es muy limitada. Asimismo, la incertidumbre relativa al importe de la recapitalización, el número de entidades afectadas y el criterio para determinar las necesidades de capital suponen un factor de presión sobre la valoración del sector, cuando menos temporal, hasta que se conozcan todos los extremos, al que se añade el propio riesgo sobre la remuneración del capital (política de dividendos). Y la siguiente derivada es que parece complicado a día de hoy que el proceso de fortalecimiento del capital se complete sin la participación del sector público y, en última instancia, del EFSF.

Y este último punto tendría implicaciones en clave de incremento de la carga financiera del sector público, configurándose como un foco de riesgo adicional sobre la cotización de las curvas soberanas, sobre todo para aquellas economías donde la sostenibilidad de las finanzas públicas está más en entredicho (periféricos). Y la última derivada, en clave de economía real: el lastre adicional sobre el crecimiento de la actividad no sería despreciable si el plan de mejora de ratios de capital, en vez de generar confianza sobre la solvencia del sector y abrir las ventanas a su financiación -bien a través del mercado de capitales, bien a través del interbancario- de tal forma que se reactive la concesión de crédito, se acompaña de políticas de adelgazamiento del activo en los balances bancarios que ejerza el efecto contrario y agudice la restricción crediticia. Esperemos que la reunión del Consejo Europeo del próximo 23 de octubre arroje algo más de luz en todas estas cuestiones.

Mientras tanto, no cesa el flujo de noticias en el ámbito soberano europeo. La agencia de calificación crediticia S&P recortó el rating del Tesoro español un escalón (desde AA hasta AA-), en un movimiento similar al realizado por Fitch el pasado viernes. Las razones esgrimidas por las dos agencias para justificar el movimiento son similares; y es que, pese al desempeño económico de la economía española en 2011, las agencias de calificación crediticia piensan que existen riesgos en materia de crecimiento importantes de cara a los próximos trimestres debido al elevado nivel de desempleo, unas condiciones financieras tensionadas, el elevado endeudamiento del sector privado y la desaceleración de los principales socios comerciales. En este contexto, la prima de riesgo de los bonos españoles se eleva, para volver a superar la zona de 300 pb.

En Italia, hoy Silvio Berlusconi afronta una moción de confianza. Aunque el resultado se nos antoja difícil de anticipar, pensamos que el primer Ministro italiano sobrevivirá a la votación. En cualquier caso, es probable que el número de parlamentarios que apoyen a Berlusconi sea menor que en ocasiones anteriores. En el caso de que pierda la votación, Berlusconi tendría que dimitir. Entonces comenzaría un proceso por el que el Presidente Napolitano demandaría a Berlusconi que busque una mayoría alternativa en el Parlamento. En el caso de que no fuera posible, se abriría un periodo de consultas para determinar si es posible alcanzar una mayoría alternativa liderada por otro primer Ministro. En este caso, el nuevo primer Ministro podría ser alguien del Gobierno actual o cualquier diputado. Por último, pensamos que Napolitano podría convocar unas nuevas elecciones si no se pudiese alcanzar ningún tipo de mayoría estable.

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