No en Berlín
Banif.- En su última intervención como presidente del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, Trichet no defraudó respecto a las expectativas que tenían puestas sobre él los mercados. Así, la autoridad monetaria mantuvo el tipo de interés de referencia en el 1,5%, y no dio ningún tipo de pista en su comunicado respecto a la posibilidad de una rebaja en la próxima reunión, lo que implica que lo más probable sea que no veamos una bajada de tipos hasta, como pronto, la reunión del 8 de diciembre. Si bien es cierto, que no utilizó la palabra “acomodaticia” para describir la política monetaria actual, lo que da pie a que en los próximos meses podamos asistir a una recorte de tipos de interés. Lo que sí hizo el BCE fue extender su operativa no convencional, con la reinstauración de las subastas a largo plazo, full allotment, a través de dos operaciones, una con vencimiento en octubre y otra en diciembre de 2012. Esto constituye un incentivo para que el sector bancario incremente sus tenencias de deuda pública para el descuento. Además, el BCE extenderá la operativa vigente en el resto de subastas (semanales, a 1 y 3 meses), al menos, hasta finales del 2T12 (previamente estaba garantizado sólo hasta principios del próximo año). Por último, decidió reactivar el programa de compras de covered bonds (tanto en el mercado primario como en el secundario) por un importe de 40.000 millones de euros, que entrará en funcionamiento en noviembre de 2011 y tendrá vigencia hasta octubre de 2012. ¿Por qué eran necesarias estas medidas? La introducción de subastas de liquidez a plazos más largos, debería permitir la relajación del mercado interbancario, mercado muy tensionado como evidencian los máximos recientes en la apelación a la facilidad marginal de depósito o en el tensionamiento del diferencial Libor-OIS. Por su parte, la puesta en marcha del programa de compras de cédulas hipotecarias podría permitir la mejora de los diferenciales de crédito, que llevan camino de reeditar los máximos de 2009. En este sentido, el primer programa de compras de activos, que se inició en mayo de 2009 y terminó a mediados de 2010, supuso un auténtico “respiro”, favoreciendo no sólo una fuerte reducción de diferenciales en este segmento de mercado, sino también un renovado incremento del volumen de colocaciones en el primario.
Respecto a las perspectivas económicas para la zona Euro, Trichet señaló que el crecimiento del PIB real en la segunda mitad de año será muy moderado y que existen una serie de factores que están afectando al momentum del crecimiento europeo como: 1) la moderación de la demanda global, 2) la caída de la confianza empresarial y del consumidor, y 3) el deterioro de las condiciones de financiación derivadas de las tensiones en los mercados de deuda soberana. Por tanto, existen riesgos a la baja para el crecimiento de la zona Euro de cara a los próximos trimestres. Respecto a los precios, los riesgos a largo plazo se encuentran equilibrados.
El Banco de Inglaterra mantuvo los tipos de interés de referencia en niveles del 0,5% y optó por ampliar en 75.000 millones de libras su programa de compra de activos (hasta 275.000 millones de libras), en una decisión que cogió por sorpresa al mercado, que esperaban un movimiento similar más bien en la última parte del año. La autoridad monetaria del Reino Unido justificó esta decisión por la desaceleración de la actividad a nivel global y la degradación de los problemas soberanos en la zona Euro. El Comité de Política Monetaria anunció que el programa de compras de activos tendrá lugar en los próximos cuatro meses, por lo que la próxima decisión en cuanto a políticas cuantitativas no tendría lugar hasta febrero de 2012. La totalidad de los fondos se destinará a compras de Tesoro del Reino Unido. También se reunió ayer el Banco de Japón, que decidió no realizar cambios en su política monetaria, aunque advirtió que el deterioro de la demanda global podría afectar al crecimiento de los últimos trimestres. Si bien no anunció ninguna medida en el espectro cambiario, la fuerte cotización del yen está perjudicando a las empresas exportadoras japonesas.
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