Ponemos el foco en
Banif.-La semana pasada estuvo marcada por la publicación de las encuestas de confianza empresarial de agosto, que confirman el deterioro de la actividad manufactura en el seno de los países desarrollados, en especial en la zona Euro. En EEUU, el ISM se mantuvo por encima de la cota de 50 puntos, zona todavía compatible con la expansión de actividad.
Decepción en los datos del mercado laboral de EEUU de agosto, que se saldó con una creación de empleo neta nula, fruto de un menor crecimiento del empleo privado y una contracción de similar magnitud en el sector público. La tasa de desempleo se mantuvo en el 9,1%.
Los temores cíclico y soberano continúan ejerciendo de principales catalizadores de los mercados. En el plano de la actividad, los datos publicados la semana pasada refuerzan la visión de que el sector manufacturero está sufriendo una ralentización en buena parte de las economías desarrolladas. En la zona Euro, el PMI de manufacturas fue revisado hasta 49,0 (desde 49,7) y la diferencia entre los nuevos pedidos e inventarios de productos terminados parece apuntar a un declive de la producción industrial en el tercer trimestre. En el Reino Unido la situación es similar, con un PMI en niveles de 49,0. En EEUU, la confianza del sector empresarial también descendió, aunque se mantiene en cotas compatibles con la expansión de la actividad.
Este último registro contrasta con los datos de confianza regionales publicados a mediados de mes de agosto, que apuntaban a una contracción mucho más intensa de la actividad, que probablemente se viesen “contaminados” por los acontecimientos acaecidos entonces (rebaja del rating de la deuda de EEUU, y dificultad para alcanzar un acuerdo sobre el techo de la deuda). En este contexto, la clave está en determinar si las fuerzas que están provocando este deterioro de la actividad pueden intensificarse o reducirse a lo largo de los próximos meses. Así en la zona Euro, el periodo de contracción de la actividad manufacturera podría extenderse, debido al descenso de las exportaciones hacia los mercados asiáticos y el lastre que supone el proceso de consolidación fiscal llevado a cabo en los distintos países europeos.
Por el contrario, en EEUU, la producción del sector manufacturero podría incrementarse en la segunda mitad del año debido al final de los efectos sobre la cadena de distribución mundial provocados por el terremoto de Japón y el aumento de la renta disponible fruto de la moderación de los precios de la gasolina. La clave de este escenario será comprobar si, a tenor de los malos resultados de las encuestas de confianza del consumidor, el gasto de las familias continúa incrementándose. En este sentido, los primeros datos reales del 3T11 son esperanzadores, con un consumo real creciendo un 0,5% m/m en julio y un leve incremento de las ventas de vehículos ligeros en el periodo julio-agosto.
Aunque la cuestión europea ha quedado eclipsada en las últimas semanas por la perspectiva cíclica, esta semana el debate soberano recobra fuerza. Así, aunque la publicación del informe de la “Troika” (FMI, BCE y Comisión Europea) sobre el estado de salud de la economía y las finanzas griegas ha quedado aplazada hasta el 14 de septiembre, el martes y el miércoles de esta semana se debatirá sobre la aprobación del rescate griego y la ampliación de las funciones del EFSF (Facilidad Europeo de Estabilidad Financiera) en los parlamentos francés y alemán, respectivamente. El resultado de las respectivas votaciones será determinante, puesto que se necesita la aprobación unánime por parte de todos los países europeos para aceptar las modificaciones alcanzadas tras la última reunión del Eurogrupo.
Además, de que serviría para dar ejemplo ante el resto de socios europeos, la aprobación de Francia y Alemania de estos cambios resulta capital puesto que son los miembros que van a aportar la mayor parte de la financiación. En el caso alemán, Merkel no las tiene todas consigo, puesto que la mayor parte de la opinión pública germana se encuentra en contra de seguir inyectando fondos en la zona Euro, y teme que su partido siga siendo castigado por el electorado, tal como evidencian las derrotas en las distintas elecciones estatales celebradas hasta ahora.
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