Todo podría quedar en un susto
Según el informe mensual de Banif, a la luz de las parcelas del cuadro macroeconómico estadounidense donde está incidiendo con mayor intensidad la dinámica de ralentización reciente, la importancia del terremoto de Japón parece estar siendo decisiva. Sobre todo por su participación protagonista en el primer eslabón de la cadena de producción en sectores como los de automoción, maquinaría o tecnología, lo que provoca un importante bloqueo en el proceso de suministros.
La paulatina normalización de la actividad en la economía nipona debería confirmar la transitoriedad de la fragilidad en los últimos registros y, por qué no, ejercer un futuro efecto “trampolín” por las tareas de reconstrucción asociadas al seísmo de marzo, aspecto que se complementaría con un menor drenaje en clave de renta real disponible por la corrección reciente de las materias primas. Por ambas circunstancias, esperamos un retorno del crecimiento del PIB en la segunda mitad del ejercicio a niveles superiores a su nivel tendencial (3%).