Era Inevitable.
Banif.- La sesión de ayer tuvo un protagonista único en el Banco Central Europeo. Se confirmaron los pronósticos, a través de la elevación de los tipos de referencia en 25 pb, situándose el repo en el 1,25% tras dos meses en mínimos históricos. Más allá del movimiento, la importancia radicaba en el lenguaje utilizado por la autoridad monetaria europea en el comunicado oficial. Y lo más destacado del mensaje del BCE se alinea con nuestra percepción de que la subida de tipos de ayer tiene un carácter de momento “preventivo” con el objetivo de anclar las expectativas de inflación de los agentes, y que no supone inevitablemente el inicio de un rosario de elevaciones de tasas en los próximos meses. Y de haber subidas de tipos adicionales en lo que resta del año, las mismas tendrían un carácter más gradual que en ciclos pasados de endurecimiento monetario. A este escenario apuntaría la eliminación de la expresión “strong vigilance” del comunicado, sustituida por “monitor very closely” en referencia al grado de vigilancia sobre la estabilidad de precios, o las declaraciones de Trichet en la rueda de prensa posterior, afirmando que la subida de ayer no implica necesariamente el inicio de una cadena de subidas en el tipo repo de cara a las próximas reuniones del BCE.
Trichet hizo hincapié especial en la importancia de que no afloren en los meses venideros efectos de segunda ronda que introducirían riesgos alcistas en la inflación subyacente. Por este lado, seguimos pensando que la presión en los núcleos subyacentes de precios va a seguir siendo limitada, sobre todo cuando las tasas de desocupación se encuentran en niveles altos y la probabilidad de efectos de segunda ronda es baja por los reducidos niveles de crecimiento de la oferta monetaria y del crédito al sector privado, el efecto amortiguador de la apreciación del euro sobre los precios de importación, la estabilidad de los costes laborales unitarios, el exceso de capacidad productiva en sectores de actividad claves y el mantenimiento -exceptuando casos como el de Alemania- de la tasa de paro en cotas elevadas en muchos países, con un mar de fondo en Europa de crisis soberana todavía latente que provoca divergencias sensibles en la velocidad de recuperación de los países miembros (los riesgos inherentes de recaída –más si cabe si se tensiona la cuerda en materia de tipos- no deben ser obviados) y tiene interconexión con la posición de balance del sistema bancario. En cualquier caso, los riesgos de asistir a subidas de tipos adicionales de aquí a final de 2011 son elevados, y a pesar de que el BCE parece que en el más corto plazo no tiene una idea preconcebida -como si la tuvo a lo largo del último mes-, la inclusión en el comunicado de mensajes como la importancia de mantener ancladas las expectativas de inflación en el medio plazo, que se mantiene el carácter acomodaticio de la política monetaria, o la existencia de riesgos al alza sobre la inflación derivadas del contexto de encarecimiento de algunas commodities y un discurso ligeramente más optimista en la vertiente macro (poco fundamentado al margen de las economías del “núcleo” de la región) no nos permite descartar nuevas alzas en el medio plazo, aunque a fecha de hoy,
con la fragilidad que exhiben muchas métricas de actividad (utilización de capacidad), precios (salarios) y monetarias (crédito) que el BCE vigila muy de cerca, en un contexto de ajuste fiscal muy exigente en el conjunto de la UEM, no se justificarían con facilidad.
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