Claves de la semana pasada
Banif.- El avance de los registros de crecimiento del PIB de la zona Euro en 1T11 se saldó con sorpresas favorables (+0,8% intertrimestral en el conjunto de la región), sobre todo en las economías “núcleo” (Alemania lo hizo en un 1,5% t/t y Francia en un 1,0%) y no tanto en las “periféricas” (España creció un 0,3%, mientras que Italia sólo un 0,1%). Sin conocerse aún la composición por partidas, sobre los componentes de demanda interna se habría cimentado la sólida tracción en las economías germana y gala. En cambio, la fragilidad de la demanda doméstica explicaría el crecimiento anémico en la “periferia”. De cara a los próximos trimestres, sin embargo, la desaceleración en el crecimiento europeo parece inevitable: (i) los indicadores adelantados podrían haber tocado techo, (ii) intensificación del proceso de consolidación fiscal en los países “periféricos”), (iii) distorsión en las cifras de actividad industrial por el terremoto de Japón.
Ponemos el foco en
El riesgo de reestructuración de la deuda griega sigue siendo elevado, una vez se ha demostrado la necesidad de un nuevo rescate para cubrir las necesidades de financiación helenas en 2012 y 2013. Sin embargo, el término reestructuración tiene un significado muy amplio, que incluye alternativas con efectos muy distintos en función del mecanismo de minoración de las obligaciones del deudor: 1) reducción de cupones; 2) retraso en el pago de cupones; 3) recorte del principal, y/ó 4) aplazamiento de los pagos del principal. También hay que tener en cuenta el carácter de la reestructuración, que puede ser voluntario u obligatorio, así como el momento de la misma.
Y es que las implicaciones para el mercado podrían ser menos importantes si la reestructuración no es inmediata, lo que daría tiempo a que las entidades acreedoras fortalezcan sus balances, se diseñe un mecanismo de ayuda permanente sólido, y que Grecia y el resto de países en dificultades (evitando contagios) avancen en los procesos de ajuste.
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