SUMARIO
• Ante los que podrían considerarse los mayores contratiempos desde el inicio de la crisis –centrados en el frente geoestratégico y soberano-, la economía mundial sigue contando con suficientes argumentos para que el proceso de expansión no descarrile.
• Peligrosas divergencias en política monetaria: la Fed y el BCE continúan haciendo la guerra por su cuenta.
• Mantenemos la recomendación de asignación de activos en las carteras: la preferencia creciente por renta variable frente a renta fija debería seguir cobrando intensidad a medida que avance el ciclo.
• La deuda soberana de los países desarrollados parece ajustada en términos de precio teniendo en cuenta las expectativas de crecimiento e inflación para los próximos años y las subidas de tipos que tendrán que acometer antes o después los bancos centrales. El atractivo en la tipología de activo renta fija se reduce al segmento de menor calidad crediticia en crédito corporativo y a renta fija emergente.
• La renta variable sigue siendo el activo más atractivo en términos de valoración. La prima de riesgo, aunque lejos de los máximos de marzo de 2009, continúa en niveles atractivos y muy superiores a la media de los últimos años.
PERSPECTIVAS MACROECONOMICAS
Pérdida de momentum transitoria
Las señales que arrojó la economía estadounidense en el transcurso del mes de abril fueron razonablemente positivas, aunque sí se observa una leve pérdida de momentum en comparación con el inicio del año. La consolidación de la confianza empresarial (índice ISM manufacturas) en máximos del actual ciclo y la ganancia de tracción del mercado laboral (+216.000 empleos netos en marzo y reducción de una décima de la tasa de paro, hasta el 8,8%) han sido las muestras más favorables de las últimas semanas. La moderación que experimentó el crecimiento del PIB en 1T11 (desde el 3,1% trimestral anualizado del trimestre precedente hasta un 1,8%) afortunadamente tuvo un elevado componente transitorio –ralentización del consumo por el encarecimiento de la factura energética, menor gasto en defensa, un sector exterior algo más débil, así como los efectos que han tenido las condiciones climatológicas adversas sobre el gasto en construcción y la inversión en estructuras- que debería revertir en trimestres venideros.
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